Andrés Iniesta marco el tanto al minuto 115 y sentenció a favor de los ibéricos. Los hondaleses reclamaron fuera de lugar.
Todo un premio a una generación grandiosa, que ha llevado el fútbol español a la excelencia y a las más altas cotas, y todo un castigo para una selección holandesa que distó notablemente de la imagen mostrada hasta hora y que no fue digna heredera de aquellas generaciones grandes que lideraron Johan Curyff y Marco van Basten, y cayó en su tercera final de un Mundial tras Alemania´74 y Argentina´78.
España fue mejor sin discusión.
Lo más extraño fue que el cuadro (orange) se dedicó a destruir de manera exagerada, hasta de forma excesivamente brusca para jugadores que se caracterizan por su calidad.
Pero Holanda consiguió lo que quería frenar el juego español. Decir que el encuentro estaba abierto es decir poco. Se mascaba la tensión. Holanda ya se dedicó a esperar los penaltis con más claridad que hasta entonces, pero ahí surgió, inconmesurable, Iniesta, que había sido castigado con infinidad de faltas, para, como hizo con el Barcelona en la Liga de Campeones, dar la mayor alegría de la historia al fútbol español.
Quedaban cuatro minutos de prolongación, pero Holanda, sin capacidad, echada toda a perder en la destrucción, fue incapaz de arrebatar la gloria a una España que fue sin discusión mejor y se proclamó más que digna campeona del mundo.
¿Qué equipo consideras tu que realmente se merecia ganar esta anhelada Copa del Mundo?
